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PARA MEDITAR

Que significa esperar en Dios para tener novio o casarse?
Con frecuencia las personas que se enfrentan a la decisión de casarse o no con alguien por quien se sienten atraídos, dicen que deben esperar en Dios para tomar una decisión definitiva. En principio eso está muy bien, pero ¿qué quiere decir «esperar en Dios»? ¿Que Dios mande a un ángel para que nos hable de su parte? ¿O recibir una profecía de alguien lleno del espíritu?
Puede ocurrir pero sería excepcional y Dios sólo usa medios excepcionales en situaciones excepcionales. Dios nos habla generalmente de muchas maneras más cotidianas, a través de las circunstancias, de los encuentros fortuitos que tenemos en la vida diaria, de la lectura de su Palabra, de las inspiraciones súbitas que podemos recibir cuando menos lo esperamos, de los pensamientos que nos vienen cuando oramos, de los consejos que recibimos, etc. Nos habla de una u otra manera cuando buscamos su rostro, pero nos habla también a través de nuestra razón, que Él nos dio para que la usemos.
Es inevitable que una persona que está sola sienta que sus sentimientos se despiertan en un momento dado hacia alguien que se interesa por él o ella. Lo importante está en saber: ¿Es esa persona la voluntad de Dios para mi? ¿O es alguien que no me conviene? Y ahí habrá una serie de factores que la razón y el sentido común nos harán considerar con cuidado. Si se someten esas preocupaciones a Dios en oración, él no tardará en hablamos.
Los seres humanos amamos porque tenemos necesidad de amar. Tenemos dentro un caudal potencial de sentimientos que buscan un objeto para expresarse. A la vez tenemos necesidad de ser amados. Por ese motivo nuestros sentimientos surgen a veces más a causa de esa doble necesidad que del valor de la persona que los suscita y que pudiera no merecerlos. De ahí pueden surgir muchas decisiones erróneas que después lamentamos. De otro lado está también el deseo físico insatisfecho que busca expresarse y que puede disfrazarse de amor para conseguir su objeto.
Es bueno ser conscientes de nuestras motivaciones subjetivas para no engañarnos a nosotros mismos y para no engañar al otro. Podemos decimos: ¡Cuánto la amo! o ¡Cuánto lo amo! cuando en realidad deberíamos decimos ¡Cuánto la (o lo) deseo! Lo cual en cierta medida es normal. Amor y deseo van por lo general juntos. Pero conviene no olvidar que el deseo es ciego y puede ser satisfecho con cualquier persona del sexo opuesto (especialmente en el caso de los hombres). Pero al que ama realmente le repugna satisfacer su deseo con cualquiera. Y si tiene una visión correcta de las cosas ?aunque no sea creyente? sabrá esperar hasta la boda.
Naturalmente Dios tiene una voluntad particular para cada uno de nosotros y nuestra felicidad en la vida depende de encontrarla y dejarnos guiar por ella. Hay dos aspectos en la voluntad de Dios: De un lado, lo que él ha declarado en su Palabra, y que se aplica a todas aquellas personas a quienes su Palabra (en general o en particular) concierne (ver nota 1). De otro, está su voluntad específica para cada uno de nosotros que no está escrita en ninguna parte pero que podemos discernir de muchas maneras si nos tomamos el trabajo de buscarla. Por lo demás, su voluntad específica está ligada a su voluntad general y nunca la contradice.
En el caso concreto de una muchacha enamorada habría que preguntarse ¿qué clase de persona como ser humano es el hombre que la atrae? ¿Es soltero, viudo, divorciado? ¿De una edad aparente para ella? Sobre todo ¿cómo es su carácter? Cuando contraemos matrimonio nos casamos con una persona no sólo de carne y hueso. Es decir no sólo con su cuerpo, sino también con su alma y con su espíritu, lo que incluye su carácter. Muchas personas lo ignoran a pesar de que el segundo aspecto es mucho más importante que el primero. En términos prácticos al cabo de cierto tiempo nos damos cuenta de que nos hemos casado no con la belleza sino con el carácter de nuestro cónyuge, y de que según sea su carácter será nuestra felicidad o desdicha. Y viceversa, la felicidad o desdicha de la otra parte lo decide a su vez nuestro carácter. Y también de cuan bien nos adaptemos el uno al otro. Pero hay un límite a esa adaptación.
En resumidas cuentas, el amor humano, es decir, el enamoramiento, es como un maquillaje que cubre nuestros defectos y nos embellece a los ojos del otro. Pasado cierto tiempo el maquillaje desaparece y hombre y mujer están el uno frente al otro tal cual son, sin maquillaje. Y tienen que convivir con eso. ¡Ay Dios mío, cómo no me di cuenta! se lamentará el uno o la otra. Pero es tarde para llorar si no trataron de mirar a tiempo debajo de la máscara con que el amor cubría los defectos.
El hombre que ha despertado los sentimientos de la mujer puede ser simpático, bueno, atractivo, guapo. Eso es lo que la atrae. Pero ¿cómo es su carácter? ¿Es honesto, serio, responsable, confiable, de un humor igual, paciente, o es irascible, impaciente, desconsiderado…? O en el caso opuesto ¿es ella ordenada, hacendosa, cariñosa, fiel o es frívola, irascible, vanidosa, egoísta, coqueta…? Todo eso tiene que averiguarse, observando y sometiendo a la persona quizá a algunas pruebas que revelen su manera de reaccionar (con discreción y sin manipulación) ¿Cómo reacciona en determinadas situaciones?
Hay también otros aspectos de la vida en común sobre los cuales es importante tener puntos de vista semejantes: los hijos, el manejo del dinero, dónde vivir, cómo disponer del tiempo libre, la iglesia, etc., etc., cosas que deben ser discutidas con sinceridad y franqueza.
A menos que sea la voluntad de Dios que una determinada persona se santifique sufriendo (hay mujeres que se santificaron viviendo al lado de hombres imposibles y viceversa) y que una persona por amor esté dispuesta a todo, nadie debe casarse a ciegas respecto del carácter del otro. Que suframos no es usualmente la voluntad de Dios para nosotros. Dios quiere que seamos felices y que atendamos a nuestras responsabilidades llevando una vida equilibrada. De todos modos sufriremos también aun siendo felices.
De otro lado, si son mayores, uno u otro pueden tener hijos de diversas edades. Si ese es el caso, ¿está él en condiciones de ser un buen padre para los hijos que no son suyos? ¿Está ella dispuesta a ser una buena madre para los hijos que no dio a luz? ¿Se complementarían ambas familias, incluyendo a los familiares cercanos? Eso a veces puede ser un obstáculo. ¿O podrían surgir conflictos? Dios nos ha llamado a paz, dice Pablo (1 Co 7.15).
Además de ese bagaje de la vida pasada que todos llevamos con nosotros ?y que ambos deben mutuamente revelarse? hay aspectos importantes a considerar cuando dos personas adultas se unen en matrimonio. ¿Tiene él una posición segura como para poder proporcionar todo lo que ella espera en términos materiales?. ¿Tiene él una posición mejor que la de ella, si es que ella trabaja? Es importante no sólo desde el punto de vista material sino también del psicológico. De no ser el caso podrían surgir conflictos a causa de celos.
¿Cómo nos habla Dios? Si nosotros le presentamos a Dios en oración todas las circunstancias que he mencionado y aquellas otras que cada uno conoce, él nos irá iluminando poco a poco sobre cada pregunta específica que se le haga. Lo hará normalmente a través de nuestros propios pensamientos. ¿Cómo sabemos si los pensamientos y sentimientos que surgen en nuestra mente vienen de Dios o no? Por la paz y tranquilidad que nos inspiran, por la convicción, la confianza y la seguridad que los acompañan. Paz, seguridad, confianza son signos de la respuesta de Dios. Lo contrario es señal de que nuestros pensamientos no provienen de él. La urgencia por decidir, o el temor de perder una oportunidad, si no se actúa rápido o en determinado sentido, proceden del diablo.
Otro aspecto muy importante de esta búsqueda de la voluntad de Dios para ambos es que el hombre y la mujer, cuando empiezan a verse solos ?y es mejor que al comienzo se traten y se vean estando en grupo y que eviten los lugares apartados y la oscuridad? se guarden de toda expresión de cariño que provoque excitación. Eso los obliga a ser muy prudentes y a desconfiar de sí mismos, porque somos falibles y fácilmente inflamables. Si se entra por ese camino nos acechan muchos peligros, aparte del principal, que es ofender a Dios. Las pasiones despertadas nos nublan la mente y no nos dejan escuchar la voz de Dios. O los sentimientos de culpa nos impulsan a dejar algo que pudiera haber tenido un buen fin si se hubiera actuado con prudencia. Lo que Dios ha creado como una bendición para el matrimonio es una maldición antes o fuera de él.
Es sabido que las heridas y las desilusiones se agravan cuando ha habido excitación sexual compartida, porque eso compromete nuestros sentimientos, nos liga mutuamente y nos hace más vulnerables. Entonces si quieren guardarse de peligros y no ofender a Dios ¡dejen las manos tranquilas!
Conviene pues preguntar ¿cómo se comporta él o ella cuando están juntos a solas? ¿Trata uno de seducir al otro? (Generalmente es el hombre el que toma la iniciativa en ese aspecto). Si fuera así, eso es señal de que lo que lo mueve a él (o lo que mueve a ella) no es cariño sino simple atracción física, o interés encubierto, y es mejor cortar la relación. A veces es la mujer la que trata por ese camino de conquistar al hombre. Puede llevarse una gran desilusión. Las cosas que empiezan por ahí terminan siempre, o casi siempre, mal.
Pienso que ninguno debe dar un paso hacia el matrimonio o comprometerse en algún sentido, sin estar seguro de que esa es la voluntad de Dios para ambos. Que uno de los dos no tenga esa seguridad pudiera ser señal de que esa no es la voluntad de Dios y convendría esperar hasta escuchar su voz con certeza. Pero recuérdese, primero, que cuando Dios tiene algo que decimos ¡lo dice! Y segundo, que casarse fuera de la voluntad de Dios trae desdicha a todo ser humano y más a un cristiano (ver nota 2).
Entretanto, ambos deben ser sinceros y asegurar al otro de que su primera prioridad, antes que seguir los propios sentimientos, es seguir la voluntad de Dios, ya que solo ella es garantía de éxito y felicidad. El que ama a Dios sobre todas las cosas lo ama más que a ningún ser humano. Si ambos están llenos de ese espíritu y buscan juntos a Dios, él no dejará de manifestarse en sus vidas y guiarlos. (22.02.04)
Quiero decir que hay palabra especifica para los padres, para los hijos, para los esposos, etc. (2) Dios tiene una voluntad individual específica para todo ser humano, sea o no creyente.
Notas:
*(1) Quiero decir que hay palabra especifica para los padres, para los hijos, para los esposos, etc.*(2) Dios tiene una voluntad individual específica para todo ser humano, sea o no creyente

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ES MALO CONSULTAR LOS HOROSCOPOS?
La mama de Rebeca es una empresaria que dice que ama mucho a su hija, pero pasa la mayoría del tiempo fuera de casa en la oficina, llena de juntas con un celular en la mano. Rebeca siente que no tiene a nadie a quien acudir cuando tiene un problema. Su mama parece estar en otro mundo, Rebeca quisiera poder hablar con su papa, pero esta siempre muy ocupado pensando en una forma de sacar a su familia adelante y en darle mejor comodidad.
Nadie parece notar que Rebeca se siente sola. Y que ella siente que nadie se interesa por su vida o por sus problemas. Ella busca respuestas y dirección, ya cansada y desesperada, totalmente resignada piensa que su vida no tiene un propósito y llega a la escuela buscando atención y una amiga le comenta que porque no consulta el horóscopo para sus problemas, y le dice sabes que signo eres?

Todo ser humano anda buscando la verdad, y conocer el futuro es algo que a muchas personas les encantaría saber. Pero algo sucede en la etapa de la adolescencia, una cierta chispa que hay en cada joven y adolescente de querer conocer o saber todo sobre el futuro, esa chispa lleva a muchos adolescentes a buscar algo nuevo. Los adolescentes pasan por muchos cambios y por muchos desafíos, es una parte vital de su edad, entre los 13 a los 20 años, andad buscando identidad y dirección y sienten que necesitan saberlo todo. Y en estos cambios normales quieren probar diferentes cosas y tiene el deseo de experimentar algo nuevo que nunca han hecho y que en cierta forma es prohibido para ellos. Lo prohibido llama mucho la atención eso es una de las razones principales porque el joven y el adolescente experimentan por primera vez con la astrología o el horóscopo; comienzan con la curiosidad de querer saber!!

Que fácil seria saber el futuro, llamar a un cierto número, decirle ciertas cosas a alguien de tu vida y listo problema resuelto!! Seria eso realmente lo mejor? En lo anos 90's hubo un tremendo crecimiento con los grupos de la Nueva Era los cuales usan mucho la adivinación y la astrología en sus creencias y cosas similares como la meditación con cristales, leer las cartas del tarot, etc. Despertando mucho interés en los ricos y famosos los cuales comenzaron a dar mucha publicidad de estas creencias en entrevistas sea por la radio o por la televisión y en las mejores revistas de jóvenes.
Causando gran sensación al hacer comentarios de que ellos todos los días consultaban el horóscopo para guianza en su vida profesional, en su vida familiar y hasta en su vida amorosa. Esto capto la atención de miles de jóvenes cuando se enteraron que supuestamente su deportista o artista favorito consultaban el horóscopo como la cosa más normal del mundo. Se oye tan fácil y tan seguro que muchos adolescentes y jóvenes comenzaron a hacer lo mismo. Hoy en día no es nada raro ver que un adolescente o un joven universitario este leyendo su horóscopo detrás de una revista en su casa o en la escuela, nadie ve nada de malo en ello y lo ven como algo muy normal o como algo de juego y no lo ven como lo que realmente es.

La adivinación no es nada nuevo, o algo que acaba de salir en nuestra época. Desde los tiempos bíblicos muchas personas han utilizado diferentes formas de adivinación por ejemplo: Leer la mano, consultar a los muertos, etc. Pero la Biblia habla muy claro sobre este tema y de lo que Dios piensa de la adivinación y todo lo relacionado con ese tipo de creencia. En Deuteronomio 18: 10-12 dice…” No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas.
También en el nuevo testamento en el libro de los Hechos 16:16 el apóstol Pablo se encuentra con una muchacha con un espíritu de adivinación, el cual el manda que salga de ella en el nombre de Jesús y la historia relata que ella queda libre de ese espíritu en esa misma hora. Dios no quiere que gastes tu tiempo ni tu dinero en buscar respuestas en este tipo de cosas. Por mas de moda que este la astrología o el Horóscopo eso no es la solución .

El mundo cada día esta cambiando y hay tantas cosas que trastornan el rumbo de nuestras vidas, y es difícil encontrar un lugar seguro o a alguien que te diga la verdad. Quizás estés pasando por algún problema y te sientes como Rebeca, sola, y como que si nadie te entiende o se interesa por ti y corren preguntas por tu mente. Tendré seguridad familiar? Me casare algún día? Tendré éxito en la vida? Quiero decirte que si quieres vivir de acuerdo a lo que Dios dice en la Biblia sera mucho mejor ser guiados por el Espíritu Santo y dejar que Jesús el hijo de Dios tome el control.
Si tu dejas que el sea el Señor de tu vida, tendrás la seguridad y las respuestas que andas buscando. Quiero recordarte que nadie absolutamente nadie puede saber tu futuro mejor que Jesús. El te ama como tú no te imaginas y desea lo mejor para ti en tu juventud y el resto de tu vida. Y solo a través de su Salvación tenemos nuestro futuro asegurado. Pueden pasar muchas casas en tu vida buenas y malas pero no necesites saber que signo eres. Solo necesitas saber que el tiene tu futuro en sus manos, y que tu signo no sea el de un horóscopo, sino que tu signo sea el sello de su Salvación.

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